Te comparto otros artículos que tengo en este tema.
Mientras ella bajaba del marco de la luna, brillante, perfecta, jadeante de amor: con el pelo de fuego, rojo ferviente el cual tocaba su espalda y pareciese bailar a través de una música iracunda.
Y me casé con él… Llegaba y cenaba, largas horas de plática interminables y entretenidas.